Con Barbie y Margot Robbie tiñendo de fucsia los cines, nos adentramos en la historia real detrás del nacimiento de la muñeca de Mattel. Ruth Handler creó a Barbie para su hija Barbara. Se había dado cuenta de que la pequeña y sus amigas preferían jugar con muñecas que simulaban ser adolescentes que con aquellas de rasgos físicos infantiles. Estas versiones más mayores les permitían representar sus sueños de futuro, fantasear con ser estudiantes universitarias, juezas o astronautas.
En un viaje a Lucerna, cuando Barbara tenía 13 años, la familia pasó frente a una tienda en cuyo escaparate se exhibían muñecas con cuerpos de mujer adulta, vestidas para esquiar. Las llamaban ‘Bild Lilli’. Días después, Ruth se haría con una de ellas en Viena y la llevaría de regreso a EE UU para que inspirara a los diseñadores de Mattel, la empresa de fabricación de juguetes que poseía con su marido, Elliot Handler.
Fue con la entrada de Ruth cuando la marca, ya centrada en la industria del juguete, empezó a expandirse, primero adquiriendo los derechos de fabricación de productos de El club de Mickey Mouse, y después con la aparentemente “disparatada” pero revolucionaria llegada de Barbie al mercado.
El 9 de marzo de 1959, Mattel presentó a su primera Barbie, una modelo adolescente, en la feria de juguetes de Nueva York y, pese a los peores presagios, con ella llegó el éxito. Dos años después, nacería Ken (en honor a Kenneth, hijo de los Handler) y, entre los lucrativos años 60 y 70, se les sumarían una sucesión de ‘Barbies’ (doctora, veterinaria o la Barbie Malibú que podría haberse inspirado en Sharon Tate) y ‘Kens’.